Cada vez que empezaba una nueva etapa,
me preguntaba al principio de la mañana,
que me depararía el día...
Seguía las flechas...
y estaba convencida que cuanto más bellas las viera,
mejor sería el día...
No podía evitar ver la belleza en cada una de las flechas...
...todas tenían algo especial...
...todas eran bonitas...
por ellas mismas o por donde estaban y con quién estaban
o por lo que se escuchaba a su paso...
el correr del agua...
el canto de los pajarillos...
los animales corriendo por entre las ramas...
Y así disfrutando de cada flecha, llegué a este lugar...
y era tan hermoso que no pude evitar poner un reclamo
para que se asomaran los peregrinos que pudiesen venir detrás...
Y así Don Globín llamaría a los peregrinos para que se asomaran allí...
Quedaba un camino tan largo y tan angosto
que pensé en poner globos por todo el camino...
deseando buen camino a todos los peregrinos...
Por supuesto macordé de las niñas de Entreolivos y les dediqué un globo...
Dejé el globo atrás y seguí por el camino que me marcaba el bosque...
en busca de los pecados...
No sin antes encontrarme con "la ayuda oficial"
y echar un ratito de risas con él ...
que hasta me dijo que le hiciera una foto...
y digo yo: ¿paqué? si él no se va a ver....
caminante no hay camino...
se hace camino al PECAR....
y de flecha en flecha ...
pa que me lleve a Santiago derecha
y así continué...
...me fui de nuevo con mis flechas, feliz ... muy feliz!
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